Hay mil razones para emigrar: trabajo, estudio, aventura… ¿y por qué no amor? Para Florencia, emigrar de Argentina a Brasil fue cuestión de una historia de amor. En esta entrevista con Vivir Afuera, nos cuenta cómo fue el proceso y cómo es vivir en San Pablo.
Emigrar de Argentina a Brasil
Tuve migraciones internas y migraciones hacia el exterior de Argentina. Hacía tiempo que ya no estaba en mi ciudad de origen y había salido del país en otras oportunidades.
Aun así, no es que soñaba con vivir para siempre fuera de mi país o tenía planeado seguir viajando. El corazón me trajo a esta tierra. Por la elección de estar con la persona que amo, vine para este lugar. Creo que llegué a esta tierra porque aquí está la persona que amo, pero que si hubiera estado en India me hubiera ido para India. Y así con todos los lugares del mundo. No elegí Brasil por el país en sí, sino por los afectos.
En Brasil estoy hace ya tres años. Había visitado ya en varias ocasiones y por diferentes períodos de tiempo, pero emigré definitivamente en enero del 2018. Vivo en la ciudad de San Pablo, en la región sur de la ciudad. Brasil es un gran país con una diversidad aún más grande.
¿Cómo son los trámites para emigrar de Argentina a Brasil?
Por ser un país del Mercosur, Brasil me permitió ingresar simplemente con mi documento argentino y permanecer tres meses como turista. Cuando uno viene con la intención de quedarse, se pueden aprovechar esos tres meses para acercarse al consulado y realizar todos los trámites necesarios. Primero, hay que sacar un documento temporal que te permite residir por dos años y luego uno más permanente que es por nueve años.
La realidad es que si uno viaja sin realizar ningún papel, con la idea de hacerlo desde el consulado, los trámites son más costosos. Sobre todo algunas partes del proceso, conviene comenzar a prepararlas en Argentina.
Por ejemplo, se puede realizar la verificación de tus antecedentes penales directamente en Brasil, pero el consulado deberá pedir a Argentina esos papeles y al costo administrativo normal del trámite se le añade un plus por esa gestión que se puede realizar desde Argentina y llevar lista a Brasil. Lo mismo sucede con el acta de nacimiento. Se puede viajar ya con el acta legalizada por el gobierno argentino y ahorrar tiempo (y dinero) en Brasil.
Son cosas que ayudan, los pasos son muy sencillos y toda la información está accesible en las páginas de ambos gobiernos. El consulado argentino en San Pablo queda en la Avenida Paulista y atienden muy bien. Una de las cosas que hice fue modificar la dirección de mi documento argentino para que figure mi dirección actual de Brasil.
Muchos de los trámites se hacen en la Policía Federal. Una de las cosas más difíciles, y más en estos tiempos de pandemia, es sacar los turnos. Son pocos y se sacan por internet. Con lo que tuve más problemas fue con otro documento que se utiliza aquí en Brasil: la cartera de trabajo. Cuando uno empieza a trabajar hay que tener una cartera de trabajo propia. Lo más difícil para este documento fue conseguir el turno, ya que los disponibles para migrantes por día son escasos.
Cuando llegás a la Policía Federal tenés que saber portugués. Si bien no hablaba tan fluído como ahora, en ese momento yo tenía una noción importante del idioma y podía entender perfectamente todo lo que me decían. Además, fui acompañada por mi cuñado. Si no hablas fluidamente o no vas acompañado, es muy difícil realizar el trámite. Recuerdo que a mi lado había personas que hablaban en inglés y no podían expresar lo que querían decir con la Policía.
Además, algo que pasa es que quizás desde que sacas el turno hasta que llega el día pueden cambiar las características de lo que piden. Por ejemplo, si la página decía que la fotografía debía ser de 4×4, quizás cuando llegas a la Policía se modificó y aceptan solo de 3×4. Como costó mucho conseguir el turno, sales corriendo a buscar una casa para tomar otra fotografía, pero la Policía queda en un lugar bastante alejado y solo hay una casa de fotografías donde todas las personas están en la misma situación y hay que esperar para tomar la foto.
Hay otro documento que se llama CPF. Es algo similar a nuestra identidad administrativa, como el CUIL en Argentina, y se puede sacar aun si no tienes ningún otro documento en Brasil. Es requisito tener el CPF para realizar cualquier negocio en Brasil y es muy común que te lo pidan, aún más que el número de documento de identidad.
En San Pablo hay un centro de atención al migrante que se llama CRAI. En lo personal, me ayudó mucho y es un buen espacio para acercarse con cualquier problema, incluso económico. Hay mucha espera porque hay muchos migrantes, pero siempre que los necesité me dieron respuesta y acompañamiento.
La vida en San Pablo
En relación a los costos, el real tiene mucho más peso que la moneda argentina. Igualmente, por el momento que estamos viviendo, los costos de vida están aumentando muchísimo. Como vivo en una ciudad muy grande, hay mucha diversidad también en términos de gastos. Varía muchísimo viviendo en el centro de la ciudad o en su periferia. San Pablo es una gran metrópolis, la región de San Pablo tiene la misma cantidad de habitantes que toda la República Argentina. Esto hace que haya muchísima diversidad en todos los frentes, incluidos los costos.
En general, para acceder al estudio y al trabajo hay que trasladarse grandes distancias. Actualmente, estoy viajando dos horas de ida y dos horas de vuelta para llegar a mi trabajo.
En relación al estudio, para acceder a las universidades estatales (que son gratuitas) hay que realizar un examen de ingreso que es muy complejo. Esto hace que sea muy difícil acceder y que muchas personas tomen cursos previos para prepararse para ese ingreso.
Revalidar los títulos también implica un costo extra. Yo soy licenciada en Trabajo Social, pero no voy a revalidar mi título porque la universidad que tiene esa carrera aquí en San Pablo da muy pocas vacantes anuales de revalidación de títulos. Igualmente, hay un papel que uno puede conseguir sin necesidad de revalidar el título y que sirve para hacer estudios de posgrado en Brasil.
¿Cómo son la cultura y las costumbres de San Pablo?
En principio, la diversidad gastronómica de la vida cotidiana es muy amplia. Si vas a comer a cualquier lugar, siempre vas a tener una porción de arroz, una porción de porotos, una verdura y una carne.
Otra cosa cultural es que en las ciudades grandes no vas a caer en una casa de visita sin previo aviso. Esto se debe a que hay muchísimo tiempo de viaje para ir y volver, por lo que las reuniones sociales son más coordinadas y, en general, quedan para los fines de semana.
San Pablo es una ciudad tan grande que se generan microclimas. Cada barrio pasa a ser su propia ciudad y uno se mueve dentro de su barrio o los barrios cercanos. Tampoco puedo dejar de mencionar que, más que nada en el centro de San Pablo, hay mucha gente en situación de calle.
En la cultura hay una gran variedad de religiones. Hubo una gran invasión de religión evangélica y de la Iglesia Universal, pero también hay muchas religiones de matriz afro, como el candomblé y la umbanda. Se mezclan mucho dentro de la cultura y hay muchos de estos elementos que son precisos de aprender para comprender la cultura brasileña.
Como en San Pablo hay mucha gente, también hay muchísima gente en cualquier manifestación. Quizás hay un acto que ellos creen que no salió tan bien y cuando uno ve las imágenes puede contar millones de personas que se juntaron.
¿Qué mitos pudiste confirmar o desterrar?
De mitos tengo varios. El primero sería desterrar que “el portugués es fácil y es igual al español”. Es 100% mito. El portugués es una lengua diferente que hay que aprender. Hay muchas palabras que quizás se pueden leer igual pero la pronunciación es diferente. Si bien no es alemán ni guaraní, tampoco es que vas a poder manejarte en Brasil sin haber estudiado al menos lo mínimo de portugués.
“El pueblo de Brasil es fiesta” también es un mito que se escucha mucho en Argentina. Se escucha sobre todo en relación al libertinaje que se da en época de carnaval o también diciendo que “son tan alegres”. Pero, además del carnaval, hay un montón de fiestas populares que dan mucha identidad al pueblo y que van más allá de las plumas. Por ejemplo, las fiestas juninas son muy importantes para el pueblo.
Otro mito es que “siempre hace calor en Brasil”, pero en San Pablo hay invierno ¡y hace frío! También en San Pablo llueve bastante. La primera vez que vine a Brasil, hace ya muchos años, entre a un local un día de lluvia y me dieron una bolsa para poner el paraguas, cosa que nunca había visto en Argentina. Luego, viajando, me enteré que se hacía en otros lugares del mundo.
¿Qué lugares recomendarías visitar?
En relación a los lugares más turísticos, debo decir que por herencia familiar soy una persona a la que le gusta conocer mucho los lugares en donde está. Además, recibo muchas visitas y quiero poder mostrar la ciudad. Entonces, me he tomado el tiempo de aprender sobre los puntos turísticos y así poder llevar de paseo a la gente querida.
En los alrededores, hay tanto sierras como mar. De la región, conocí las playas cercanas, como Playa Grande. También fui a Campos de Jordão que tiene construcciones estilo suizo y el clima es mucho más frío. Otro lugar que me gusta mucho es Embu das Artes. Está muy cerca de la ciudad de San Pablo y tiene un gran espacio con ferias artísticas y venta de productos artesanales. También pude visitar Joanopolis que es una ciudad donde vive la leyenda del hombre lobo.
Dentro de San Pablo, también hay muchísimas cosas para hacer. Hay hermosos museos, como el MASP, que es de los más importante de Latinoamérica. La avenida Paulista tiene muchos museos, están el Itaú Cultural y el Centro Cultural Fiesp. También hay muchos parques en la ciudad. Uno de los más importante es Ibirapuera, que dentro del parque tiene muchas actividades para realizar y espacios para visitar. Por ejemplo, está el Museo Afro que relata toda la cultura afrodescendiente, su llegada a Brasil y el lugar que ocupa ahora.
Además, se puede visitar La Pinacoteca, con la Estación de la Luz y Plaza de la Luz, o la Estación de la Resistencia y Memorial de la Resistencia y de América Latina. Hasta las estaciones del subterráneo tienen mucho arte. Otro lugar lindo es el mercado, donde se pueden comer unos sándwiches de mortadela increíbles. Allí hay acceso a comidas de todas las regiones y se puede disfrutar de toda la diversidad gastronómica de Brasil.
Como una gran ciudad, San Pablo intenta ocupar todos los espacios y se pueden ver grandes murales muy significativos que embellecen la ciudad que, aunque tiene mucho verde, sigue siendo una ciudad de cemento.
¿Qué extrañarías si dejaras San Pablo?
Si me fuera de Brasil, lo primero que extrañaría son los afectos, las amistades que construí. En la vida fui adquiriendo una gran capacidad de adaptación que hace que no extrañaría mucho cosas específicas. Lo que sí es hermoso de vivir en una ciudad tan enorme es el gran acceso a oferta cultural y educativa. Aunque quede todo lejos, hay acceso y podés llegar a donde necesites. Siempre hay que considerar que el transporte público es caro.
¿Cómo fue emigrar de Argentina a Brasil?
Al no haber sido mi primera migración, conté con la suerte de haber aprendido ciertas cosas que hicieron que fuera más sencilla que las anteriores y que creo que, en caso de tener que volver a migrar, crecerían con las que aprendí de esta experiencia. Una de las cosas que se aprenden son los tiempos personales que necesito para despedirme de las personas, del tiempo que necesito para moverme de un espacio a otro, de dejar un trabajo y conseguir otro, de conocer la cultura para estar cómoda.
Otra cosa que fue positiva fue tener mis tiempos para ir conociendo el lugar, para adaptarme de a poco. Por ejemplo, ahora no tengo yerba mate argentina (que me encantaría tener) pero Brasil tiene el cimarrón. Si bien no es lo mismo, sirven para tomar unos buenos mates. No tengo mis alpargatas, pero tengo mis Havaianas alpargatas.
Entonces, quiera o no, emigrar de Argentina a Brasil es migrar a un país hermano y latinoamericano. Tiene muchas coincidencias que facilitaron las costumbres más que en mis migraciones a Europa o Asia. Siempre que me preguntan por esta experiencia digo que estoy más cerca de casa que en las otras, a nivel geográfico pero también a nivel cultural.