Estudiar y trabajar en una universidad de Estados Unidos: “el ambiente es muy bueno, es como una gran familia”

Yanina
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Tocar puertas e insistir hasta lograr el objetivo. Estas son palabras que conoce bien Yanina (31), Ingeniería Química de la UBA. Mientras estudiaba en Buenos Aires trabajó como profesora particular y como ayudante en un laboratorio y, al recibirse, consiguió un empleo en una empresa nuclear, rotando en distintos sectores gracias a un programa de jóvenes profesionales. Finalmente quedó como supervisora de calidad en el área de combustibles, trabajo al que se dedicó hasta que, como buena fan de la cocina, tuvo su propio emprendimiento de viandas “Yanicocino”.

Su marido Natan tenía el gran sueño de estudiar afuera “porque en Argentina no tenía muchas chances como académico dentro de la Ciencias Políticas”, expresa Yanina. Esta meta fue la que marcó la brújula para la joven pareja, quienes de por sí ya tenían en mente vivir en Estados Unidos.

Convencidos de no parar hasta lograrlo, Yanina buscó trabajo en la industria durante mucho tiempo. El tema de la visa y no tener una green card hizo de aquel deseo algo muy complicado ya que no conseguía entrevistas. Por su parte, Natan se postuló a distintas universidades hasta que lo aceptaron de la Universidad de Notre Dame. Con esa buena noticia, fueron de visita a conocer y ver cómo sería su vida.

Antes de llegar, Yanina mandó muchos mails a distintos profesores para ver si podía participar en algún grupo de investigación, aunque sea ad honorem, como para hacer algo al principio y después ver qué le depararía.

Tuve la suerte de entrevistarme con un profesor americano, ¡que para mi sorpresa había vivido y estudiado en Buenos Aires! En la entrevista tuvimos muy buena onda y él me ofreció que trabajara en su laboratorio haciendo un PhD. Hablando con muchas personas que viven en USA, me convencí de que esa era la puerta de entrada. Después de analizarlo mucho, me di cuenta de que era un buen trabajo, con el que salía con un título nuevo y con posibilidad de trabajo sin necesidad de visa por 3 años cuando terminara, así que decidí aplicar”, comenta Yanina en diálogo con Vivir Afuera.

Estudiar y trabajar en Estados Unidos

En la actualidad, Yanina está terminando su tercer año de PhD, programa que consta de un total de cinco años en la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana. Mientras tanto, su marido también se encuentra estudiando y trabajando en dicha universidad.  En esta entrevista con Vivir Afuera nos comenta cómo se preparó antes de viajar, sus primeros pasos en destino, cómo se manejó con el idioma, en qué consiste el PhD que está realizando y cómo es el ambiente universitario en donde se encuentra inmersa, entre otras cuestiones. A lo último, le consultamos distintos aspectos sobre el costo de vida. ¡No te pierdas esta aventura en primera persona!

-Emigraste a Estados Unidos en el 2018, ¿cuáles fueron los trámites que tuviste que realizar?

Como ambos teníamos carta de la universidad, la visa que tramitamos fue la F1. Cada uno por su lado, porque ambos íbamos a realizar un programa de doctorado. Nos habían comentado que el trámite y entrevista en el consulado eran muy sencillos y que probablemente no nos rechazarían la visa porque justamente teníamos dichas cartas. Y así fue: la persona que me tocó fue muy amable, me habló en inglés porque yo tenía que demostrar que sabía el idioma. Si bien en ese momento mi inglés no era genial, me pude defender.

Me pidió todos los papeles de la carta de aceptación de la universidad y el I-20, que es el formulario que tenés que llevar con vos a todos lados donde consta que sos estudiante de la universidad por determinada cantidad de años, que ellos te pagan la matrícula/cuota y un sueldo mensual. Como otros papeles necesarios, la dirección que dejamos asentada fue la de la universidad. No hizo falta llevar pasajes de ida/vuelta porque nuestra estadía asegurada era de 5 años por lo menos (eso lo menciona el formulario I-20).

Los trámites en Argentina fueron bastante rápidos. Tuvimos que presentar título y analítico traducidos y certificados por escribano público pero lo hicimos todo en una o dos semanas sin problemas. Desde el turno para la visa hasta que nos entregaron el pasaporte pasó menos de un mes, fue en junio 2018.

-Mencionaste el tema del inglés en la entrevista con el consulado. ¿Cómo te manejaste con el idioma al llegar y cómo considerás que te desenvolvés ahora?

Cuando llegué no me llevaba tan bien con el inglés. En Argentina solo había estudiado en la escuela y no hablaba fluido. Me costaba mucho la pronunciación, pero en general entendía cuando me hablaban. Los primeros meses que estuve en USA fueron un poco difíciles hasta acostumbrar el oído. En las clases entendía perfecto al profesor pero a los alumnos me costaba bastante porque hablaban demasiado rápido y parecía que no modulaban del todo. Eso me sigue pasando, pero muy cada tanto. Después de tres años acá, pasé a hablar más ingles que español y hasta a veces se me cruzan los idiomas, lo cual es muy bueno porque quiere decir que ya pienso en inglés.

-¿Cómo resolvieron el tema del alojamiento?

El alojamiento lo buscamos por internet, viendo comentarios en Google. La gente acá deja muchísimos comentarios y juzga mucho. No parecía haber lugar perfecto pero nos la jugamos por una casa muy barata con buena ubicación frente a la universidad. Nosotros llevamos a nuestra perrita con nosotros, así que necesitábamos un lugar pet friendly y este parecía el ideal. Por suerte no nos equivocamos y seguimos viviendo acá tres años después de aquella decisión. Es una casa hermosa dentro de un complejo con gimnasio y pileta, y muy barata en relación precio/ubicación/calidad.

Estudiar y trabajar en una universidad de Estados Unidos: “el ambiente es muy bueno, es como una gran familia”
Yanina, su esposo Natan y su perrita.

-Viviendo frente a la universidad, ¿utilizan algún medio de transporte para manejarse dentro de la ciudad o no lo necesitan?

Si bien vivimos frente a la universidad estamos a unos 20 minutos de nuestras oficinas, así que los primeros meses íbamos en bicicleta. Cuando llegó el frío nos compramos un auto usado y en buen estado porque no se puede estar mucho tiempo afuera (hace entre 0 y -20°C en invierno). Además, si bien hay transporte público, este es bastante malo. Los colectivos pasan cada una hora entonces casi que no se usan. Con la compra del auto gastamos más de lo esperado pero teníamos ahorros así que no fue tan grave para nosotros.

-¿En qué consiste el doctorado que estás realizando?

Estoy haciendo un Doctorado en Ingeniería Ambiental, trabajando con biopelículas que degradan contaminantes. Mi programa de doctorado (y en general todos) incluye los primeros dos años tomar cursos y además trabajar en un laboratorio, tanto mientras cursás como cuando ya terminás. 

Uno pensaría que le pagan por estudiar -y en cierto punto es cierto-, pero en realidad uno pasa la mayor parte del día trabajando en el laboratorio. Lo bueno es que en general tu trabajo se ve reflejado en tu tesis, que es lo que te dará el título así que podría decirse que uno trabaja para uno mismo.

Aunque nosotros no tenemos otro trabajo además del de la universidad, a veces tenemos “changas” como hacer una ayudantía que te da cierta plata extra, u organizar alguna conferencia, etc. Mi marido a veces tiene algún trabajo de verano o sino un profesor lo contacta para algún tipo de análisis de datos, eso lo cobra aparte.

-¿Y cómo es el ambiente universitario?

El ambiente universitario varía mucho dependiendo de la universidad. En nuestro caso, en la Universidad de Notre Dame el ambiente es muy bueno, con poca competencia entre pares. Es como una gran familia y siempre te ayudan con todo lo que pueden. He escuchado casos de otras universidades en donde el ambiente es muy individualista y todos compiten mucho entre sí.

También puedo decir que la adaptación inicial fue muy buena porque la universidad hace planes para que estudiantes internacionales se conozcan entre sí. Tuvimos la suerte de conocer muchos argentinos con los que formamos un grupo hermoso. También conocimos otros latinos de México, Chile y Colombia con los que hacíamos planes todos los fines de semana. En mi caso también conocí a un grupo de americanas de mi mismo programa, pero a veces las evitaba porque hablaban tan rápido que me agotaba seguirles la conversación.

Otra cosa interesante es que la universidad es católica pero respetan mucho otras religiones y hasta hacen celebraciones especiales, por ejemplo, para el año nuevo judío o musulmán, entre otros.

Yanina y Natan en el estadio Notre Dame ubicado dentro de la Universidad de Notre Dame.

-¿De qué manera impactó el coronavirus en tu vida diaria?

En mi caso, de marzo a junio 2020 nos cerraron el laboratorio y fue muy complicado al principio, porque no podía hacer ningún experimento. Por otro lado, todas las clases y reuniones pasaron a ser online, lo cual estuvo muy bueno porque fue más relajado. En mi oficina no tengo ventanas, y estar en casa y poder salir al patio a tener una reunión fue algo que nos encantó. Aparte no teníamos que salir de casa y pasar frío, lo cual fue muy bueno.

Si bien al principio me angustió no poder ir al lab, aproveché mucho el tiempo para definir mi proyecto de tesis. Le pude dar un giro importante porque tuve mucho tiempo para leer, lo cual nunca tenía cuando iba a trabajar.

Lo único malo fue la vida social. Pasamos de salir todos los fines de semana a estar super confinados y solos por varios meses. Igual eso en el verano cambió, cuando vino el calor hicimos muchas salidas con distancia, como ir a tomar mate, hacer picnic al parque o hacer asados en el patio de casa.

Aunque estuvo impuesta la cuarentena nadie controlaba, así que las calles nunca estuvieron muy desiertas ni nada. El uso de mascara es obligatorio pero, si no la usás, nadie te va a decir nada. Eso sí es un poco desagradable cuando vas al supermercado y te encontrás con gente que sentís que no respeta nada, pero bueno, es lo que hay… nos mantenemos alejados y listo.

-¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de vivir en South Bend?

Lo que más me gusta: es una ciudad tranquila. Hay mucho espacio y poco poblado, las casas tienen patios grandes y entre casa y casa hay espacios grandes. El costo de vida es bajo y te permite ahorrar. Tiene lugares cerca, como la playa del lago Michigan a 40 minutos que es un gran plus. Hay poco tránsito que, comparado a Buenos Aires, es una GRAN ventaja.

Lo que menos me gusta: si bien tiene todo lo que debe tener una ciudad, al ser un pueblito le falta chispa. El centro de la ciudad tiene dos cuadras y está siempre vacío. La gente no camina, todos usan auto para ir a la esquina, y a la ciudad le falta la gente en la calle. Hay muchos bares pero todos alejados, en el medio de la nada. Me gustaría que tuviese un sector estilo Palermo, con un bar atrás de otro y gente caminando por las noches.

-¿Qué le dirías a quienes estén considerando vivir a Estados Unidos a estudiar y/o a trabajar?

Les diría que ni lo duden, es una gran oportunidad tanto cultural como educativa y monetaria. Cuando me fui de Argentina, mi salario allá y acá era el mismo. Aunque en USA mi sueldo no cambió en absoluto, se nota la diferencia con el de Argentina.

Si bien la calidad educativa no me parece mejor que la UBA, estas universidades de USA te abren muchas puertas en todo el mundo. Es difícil quedarse acá porque la residencia o ciudadanía son complicadas, pero al tener en el CV un trabajo o estudio de acá las cosas se simplifican.

-Para finalizar, ¿cuáles son sus planes cuando terminen el PHD?

En principio, cuando terminemos los doctorados tenemos un permiso de trabajo de un año que se llama OPT que, para estudiantes de carreras STEM (nota: son aquellas que se encuentran relacionadas con las siguientes áreas del conocimiento: Science, Technology, Engineering y Mathematics), se suele extender a 3.

Nuestra esperanza es conseguir un trabajo en la academia o industria que nos esponsoree para la green card. Otra posibilidad que tenemos es publicar varios papers y pedir la green card por nuestra cuenta sin necesitar sponsor, pero es un trámite caro. Aún no sabemos bien cómo es la mano pero eventualmente vamos a averiguar bien cómo hacer. Si nada de eso funciona, ambos tenemos ciudadanía europea así que antes que volver a la Argentina iremos a probar suerte a Europa.

¿Cómo es el estilo de vida en South Bend, Indiana?

Yanina nos comenta cómo es vivir en esta ciudad estadounidense y nos aporta datos valiosos sobre sueldo, alojamiento, servicios, alimentación y ocio.

  • Salario mínimo: En el estado de Indiana es de US$7,25 la hora, unos US$1200 mensuales, pero no conozco personas que cobren esto. Un cajero de supermercado, por ejemplo, cobra US$13 bruto. Los impuestos varían de estado a estado. Acá son similares a Argentina, sacando de lado que no tenemos IVA«.
  • Alojamiento: Para un estudiante, aproximadamente con US$400 o US$500 puede compartir una casa con dos habitaciones. Hay por menos y por más, obviamente. Los monoambientes son caros y muy chicos, realmente no convienen«.
  • Servicios: Lo único que diría caro de la casa es la electricidad, que en invierno consume mucho y puede salir entre US$200 y US$300 la factura de luz por el tema de la calefacción”.
  • Alimentación: “El supermercado cuesta entre US$400 y US$600 por mes para dos personas, dependiendo qué consumas. A los americanos les gusta comer afuera, y eso puede estar entre US$8 y US$15 por plato en un lindo bar o restaurant”.
  • Ocio: “Ir al cine cuesta US$10 y los martes US$5 para estudiantes”.
  • Estilo de vida: “Nosotros somos dos, pero en promedio gastamos aproximadamente US$1000 cada uno por mes, y la verdad nos damos todos los lujos que queremos: compra de ropa, Amazon, muebles para la casa, salimos a comer afuera, y realmente no vivimos con la soga al cuello como en Argentina. Nos deja un gran margen de ahorro, posibilidad de viajar y de pagar gastos imprevistos como médicos o dentista si es necesario (esos sí que son caros)”.
Autor

Jesica Rychter

Soy Licenciada en Ciencias de la Comunicación y periodista. Viajar y conocer nuevos destinos siempre fue mi motivación. Los atardeceres y los paisajes son mis postales preferidas.

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